He pasado por varios lugares. Valencia y Benidorm. Hospitales públicos, privados, ambulatorios, y centros especializados. Pero quiero hablaros de esas personas llamadas pacientes. Aunque pacientes,lo que se dice PACIENTES, hay pocos.
Todavía recuerdo aquel señor que se cansó de estar enfermo y ser paciente.
Murió. Tenía prisa el hombre.
Aunque todos nos apenamos, porque a pesar de todo, les coges cariño.
Lo que nunca olvidaré fue mi presencia en una intervención para amputar un miembro a un accidentado. Tuve su pierna (la derecha) en mis manos. Eso si que es una experiencia. Y con 21 añitos. Ese día no comí. Y el siguiente tampoco.
En la UCI es otra historia. No tengo palabras. Prefiero un área con más movimiento. Los partos, por ejemplo. El primero que vi fue corto, intenso, y desagradable. ¡¡¡¡Como gritaba la mujer!!!! Aunque todo cambió al salir el niño.
Así que las pocas pero gratas experiencias que he tenido me han proporcionado muchas visiones y opiniones. Pero concluyo que:
- Las sensaciones, emociones, y amistades vividas me han enseñado el lado no sanitario de esta profesión. Pero para el que también hay que estar preparado.
- El tiempo es el factor clave. De su mejor gestión surgirá mejor atención.
- El paciente parece tener muchos derechos, pero pocas obligaciones.
Sin embargo y a pesar de las adversidades, estoy contenta. Con el rigor y la profesionalidad que exige ser enfermera he intentado aportar una nota de humor. Espero poder seguir contando más experiencias y anécodtas.
Un saludo y hasta la próxima compis!!!!!!
